Y VIVE

No sé, quizá sea lo simple lo que nuestro lado izquierdo del pecho percibe como algo fantástico. Cada día me hace falta menos parafernalia para disfrutar, y más con quién pasar el tiempo. Desde comprar lo que sea para comer y acabar en medio de una pinada con una manta en el suelo al sol, hasta terminar en una bañera minúscula con el agua lila y el sonido de fondo de una estufa escacharrada. Normalmente, nos frustramos al ver que en nuestra vida no estamos avanzando tanto como teníamos pensado, que no estamos consiguiendo lo que habíamos pensado que íbamos a obtener diez años atrás, y empezamos a imaginar justo después de todo el día trabajando y estudiando, cuando nos metemos en nuestra nube de almohadas, en un futuro utópico en el que todo empieza a ir bien y comparamos esa utopía con la realidad,  y comenzamos a hundirnos en el fango de nuestros pensamientos. No hay nada más oscuro que pensar y pensar una y otra vez todo aquello que creemos que estamos haciendo mal, pero ¿qué sentido tiene ir repasando al detalle todas nuestras acciones? Hay que aprender a vivir con ello, hechas ya están y volviendo a ellas mentalmente, lo único que hacemos es ensuciar la cama de sombras negras. Pensando en la vida, sin vivir.

f75d7c5054be450a9e7c255c7dffa094
Pinterest.

Yo siempre he pensado en un gran futuro, en una gran casa con grandes viajes, pero a estas alturas y con todo lo que se puede abarcar a los veinticuatro con trabajo y estudios, lastres emocionales y comienzos inciertos que se van convirtiendo en ciertos, me quedo mil veces con el sonido más feo del mundo con tal de pasar tiempo con la gente que finalmente va a terminar por aportar en mi vida algo que va más allá de todo lo material, y es esa tranquilidad de saber que no te hace falta mucho más para vivir, vivir de verdad. Al fin y al cabo, lo que nos vamos a llevar con nosotros conforme pasen los años van a ser los momentos que vivamos con las personas que más nos importan, y ese momento en el que estábamos posando para una foto y al final salimos partiéndonos de risa por no aguantar la compostura ni dos segundos. Quizá, el mejor momento para capturar un instante sea descoserse todas las posturas y desatar un huracán en carcajadas. Subir esa marea que viene espumosa con un poco de felicidad y olvidarte de los consejos de los sabios de turno, y vivir como a ti te guste y como buenamente sepas. Desviarte un poco de aquello que es lo mejor para tu futuro y pensar más en lo mejor para tu felicidad.

18c160030e0dda810e7dda6a47dd6c50.jpg
Pinterest.

Las preocupaciones van desvaneciéndose con el tiempo o van transformándose en otras diferentes, y cuando estés sentado una noche de invierno en el sofá de tu casa buscando el calor en una taza de chocolate caliente, perderás la mirada en todo aquello que quisiste hacer y al final no hiciste porque pensaste que el camino correcto era aquel que te habían dicho que te iba a llevar a la buena vida. Y pensarás en todas las risas contenidas, en los esfuerzos de más, en todas las cenas perdidas, en no vivir en absoluto. En no haber mostrado todo lo que no has sentido en todo momento. En cambio, si fuiste de los que apostaron por vivir sin la necesidad de dejar todo lo que iba a despuntar la cascada que proviene de tu pecho, perderás la mirada, y entonces sonreirás con la sensación plena de haber vivido.

Así que deja de vivir con cosas.

Vive con personas.

Simplemente,

vive.

8ee5803a6994ae644df09b8a4a32f89b.jpg
Pinterest.

Daniel Sánchez

 

*Si aún no tienes un ejemplar de mi libro, puedes comprarlo en este enlace: https://www.postdataediciones.com/producto/y-en-enero-primavera/


Sígueme en:

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.