ESTACIONES

El otro día vi una fotografía con una frase que decía:

“Para florecer hay que pasar por todas las estaciones”.

Y esa frase me hizo pensar en mí, en nosotros.

Llegamos al mundo sin experiencias, sin pensamientos y con los pulmones bien cargados de aire y nosotros irradiando energía. A medida que vamos creciendo, vamos adquiriendo la experiencia de vivir. Esa de la que carecemos al nacer, y ese aprendizaje es necesario para ir encauzando nuestra vida en una buena dirección o al menos, intentarlo. Pasamos por la infancia, adolescencia y juventud hasta que llegamos a la edad adulta… Pasamos por invierno, primavera, verano y otoño (no necesariamente en ese orden).  Pasamos por la soledad, la amistad, los intermitentes y el amor.

Frida Kahlo por Leo Matiz, 1946.:
Pinterest.

Vamos floreciendo conforme va pasando el  tiempo. Vamos creciendo y aprendiendo. Y es que durante nuestra vida, vamos sintiendo el frío del invierno, las mariposas de la primavera, la felicidad y el calor del verano y lo bonito del otoño… Sin embargo, las estaciones no están limitadas por murallas que no permiten pasar el sol en un día de invierno, ni las mariposas de la primavera en el caluroso verano al igual que en nuestro interior, nuestras emociones pueden llegar a ser contradictorias. Además, no solo sentimos una sola emoción, sino que podemos a llegar a sentir un millón de emociones en un mismo momento;

alegres,

tristes,

radiantes,

contradictorias

y relajantes.

Y es que nuestro mundo interior no solo se alimenta de una estación, sino que se sirve de todas y cada una de ellas para ir formando lo más importante de cada uno: la personalidad. No solo vivimos en una sola estación que cambia cada cierto tiempo. Vivimos en todas y en ninguna a la vez. Nosotros podemos estar congelándonos en el invierno hasta que alguien nos sopla mariposas desde la primavera inundando de flores nuestro gélido invierno. Nosotros podemos llegar a sentir varias estaciones a la vez en nuestro corazón al igual que podemos sentir diferentes emociones. 

Y lo mismo ocurre con los países y sus culturas; es verdad que hay muchas diferencias entre personas de diferentes países, pero ¿no es bonito ir adquiriendo aspectos de cada uno de los sitios donde nos establecemos? Eso, eso es crecer y eso es aprender. Eso se llama componer un mosaico de colores;

distintas emociones,

distintas culturas,

distintas experiencias… Con muchas ganas y emoción, y con la misma energía con la que venimos al mundo. Que eso no se pierda. Nunca.

Y eso es aprender.

Eso enriquecerse.

Eso es agrandarse por dentro y por fuera.

Eso es alimentar el corazón con una dieta saludable en emociones.

Por fin... - The Petite Brunette:
Pinterest.

Y es que las experiencias son vida; la nuestra. Y de eso se alimenta nuestra parte emocional. Al igual que nuestro cuerpo necesita agua, nuestro corazón necesita experiencias. Y ahí es cuando debemos decidir  qué alimentos queremos que ingiera nuestro corazón; en si queremos quedarnos en una estación el resto de nuestra vida rotando y siendo cíclicos o juntar todo lo bueno y malo de las estaciones y vivir en un continuo remolino de emociones y poder sentir… Sentir de verdad.

Y es cuestión de decidir si queremos una vida plana o plena. Quedarnos en la cola o subir a la montaña rusa. Amar o no haber amado nunca. Enriquecer nuestro interior y cultivarlo con experiencias y con sentimientos verdaderos o construirle murallas que no permitan ver más de lo estrictamente necesario.

pulseras portopetro colecciones again love_6:
Pinterest.

Conforme crecemos, vamos descubriendo nuevas estaciones que nos traen emociones fuertes hasta que llegamos a conocerlas todas aunque no todo de cada una de ellas. Y vamos con pies de plomo cuando descubrimos la nieve porque nos sentimos desprotegidos y con miedo a resbalarnos. Y no sabes que lo divertido está en caerte y resbalar; en tocar la nieve y jugar con ella.

Y que esa nieve puede traerte flores porque en el mundo invernal puede llegar alguien que te vuele mariposas después de la tormenta y tú, así, volver a sentir el vuelo de la felicidad. Porque aunque haya una nevada donde el otoño decidió abandonarte, puedes salir si tú te lo propones y algún día, cuando menos te lo esperes, cuando tú quieras y te sientas preparado y hayas olvidado, finalmente, las hojas marrones que cubrían el otoño, la primavera no solo te volará mariposas, sino que te volará sonrisas.

Our 18 Favorite Movie Couples Of All Time:
Pinterest.

No hay barreras en la vida, las ponemos nosotros y es hora de derribarlas.

-S.D.


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