A veces seguir a tu corazón no es sinónimo de fracaso. El corazón no solo bombea la sangre de nuestro organismo sino que bombea impulsos. Seguir a tu corazón puede llevarte a una noche de playa, con una capa de estrellas y aviones saliendo cada diez minutos del aeropuerto. Imaginando quién va en cada uno de los aviones; familias de vacaciones a Roma, jóvenes buscando un nuevo hogar en Londres, empresarios a Nueva York para una reunión importante.

Pero cuando el avión se aleja y simula ser una estrella más, vuelves a las reales. Y contemplando el cielo desde la arena y tumbado, percibes el universo de una forma distinta. Qué bonito estaba todo aquella noche.
El corazón, como he dicho, se encarga de bombear impulsos. Y esos impulsos te llevan a vivir experiencias. Buenas y malas. De las que disfrutas y de las que aprendes. Y con impulsos no me refiero a amar de la forma tradicional, sino de amar lo que te rodea y lo que vives en cada preciso momento. Seguir el impulso que te ha llevado a esa persona que tanto admiras, a ese sueño que parecía no cumplirse nunca, a ese trabajo que tanto ansiabas. A esa vida que tanto esperabas. Y con “esa vida que tanto esperabas» no me refiero a una casa y un cochazo. Me refiero a vivir. A aprender a intensificar lo bueno y mitigar lo malo. A duplicar tus sensaciones y sabores. Hablo de llenarte la cabeza de vivencias, de personas que te hagan reír, de lugares y momentos. De una vida soñada. De una vida cumplida.

Por mucho que se diga que actuar por impulsos es malo, creo firmemente que un impulso en un momento determinado puede hacerte sentir liberado. Es decir, si en un momento de euforia o de ira hacemos algo sin pensar, nos dejamos llevar por el impulso propulsado por el corazón, ha sido porque lo hemos sentido así. Siempre y cuando no haya nadie perjudicado. Hemos hecho lo que sentíamos en ese momento y no lo que pensábamos que era correcto. ¿Qué es lo correcto de todas formas? Muchas veces pensamos demasiado y eso a veces retrasa lo inevitable. Puedes estar una vida esperando y reprimiendo impulsos, pero tarde o temprano te preguntarás: ¿He vivido mi vida soñada o he vivido el sueño de otros?
Vivir en impulsos significa riesgo. Y mucha gente decide no arriesgar por miedo a lo que pueda pasar. Entonces, si ese miedo se materializa, ¿no volarás porque hay accidentes aéreos? ¿Dejarás de ser tú mismo por gente intolerante? ¿Vivimos por otros o por nosotros?¿Estás dispuesto a renunciar a la felicidad por miedo? ¿Vivirás enjaulado por miedo a volar?

El amor te encuentra. El corazón se enamora de corazones no de personas físicas. Querer por impulsos es querer en libertad. Y libertad significa amar a personas. A las personas. Así, en general. Pienso que las personas no se enamoran de los aparatos reproductores de alguien sino de las ideas de una persona, de los sentimientos que te transmite. De las sonrisas que te saca. Te enamoras de quien te coge en la caída. De quien te despierta aquello que nadie ha sido capaz de despertarte. Y en eso, no hay límites ni cuerpo que valgan. El amor es ilimitado y va más allá de las convenciones. Amar es un derecho mundial. Rechazar o quitar el derecho a amar a un ser humano es como el desconocido que le dice a un niño que está haciendo algo mal porque lo dice él. A él no se la pegáis. A nosotros tampoco. Amor es no mirar con los ojos, sino con el corazón.
Nos guiamos por cánones, desgraciadamente. Pero como seres humanos evolucionamos. Y por eso, nuestro cerebro debe entender que hay diferentes formas de amar. Privar a alguien de amar es algo que no tiene lógica alguna. Nos inculcan el amor desde pequeños. Lo vemos, lo sentimos y lo escuchamos. ¿Dónde está eso de “todos somos iguales»? Ya me da igual ante los ojos de Dios o de la constitución. Si vas en contra del amor es que vives en continuo odio. Vas en contra de los seres humanos y por ende, en contra de ti mismo.
Qué más da que tus impulsos suspiren por tu semejante. ¿Es que eso no es amor? ¿Y lo dices tú que estás lleno de odio? ¿Qué sabrás tú de amor si estás en contra de la humanidad? ¿Qué más da de quién te enamores si esa persona es la única que te hace reír como si fuera tu último día todos los días de tu vida?
Es amor.
Amor mundial.
-S.D.
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Hay gente que nunca entenderá la esencia, «Amor es no mirar con los ojos, sino con el corazón». Ellos se lo pierden.
¡Grande Dani, como siempre! 😉
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El placer lo tengo yo por tenerte por aquí siempre. Y sí, desgraciadamente y viendo los últimos acontecimientos, la gente ni entiende esa frase y la humanidad deja mucho que desear con actos como esos. ¡Muchas gracias, Patri! Un besazo enorme 🙂
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Te enamoras de lo que o de quien te hace vivir. Muy buen post para reflejar este tema, un saludo😘
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Cierto es! Muchas gracias!!! ☺️
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Me encantó este post 😍 brutal como siempre… Aplausos de pie 👏
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Muchíisimas gracias!! Me alegro de que te haya gustado!! 😀
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