El grito más sincero no es el que lanzas a pleno pulmón sino ese que sin quererlo sale a través del brillo de tus ojos, de los pensamientos que rondan tu caótica cabeza. De los temblores y escalofríos que recorren tu cuerpo a la velocidad de la luz. El grito más sincero es ese que hace emocionarte con una peli, un olor o un buen libro. Es el recuerdo de algo o alguien. Es ese que sale mientras pones cara de póker o mientras sonríes. Surge cuando corres, cuando respiras hondo, cuando contemplas un paisaje, cuando cierras los ojos. Cuando empiezas a soñar.
El otro día me dijeron que era muy enamoradizo (no que me enamorara fácil de las personas sino que enseguida empezaba a divagar en mi mundo). Yo le dije a esa persona que no era enamoradizo entonces, sino soñador. Es decir, no solo empiezo a imaginar situaciones que me gustaría que pasaran con ciertas personas sino con toda la vida. Con toda mi vida.
Luego estuve reflexionando sobre ambos conceptos y llegué a la conclusión de que era tanto enamoradizo como soñador. Y me sentí tan orgulloso de ello que así lo expresé. Ese día mi grito salió con una sonrisa, con palabras y felicidad.
Desde que era pequeño, la única forma de conciliar el sueño (a no ser que esté absolutamente rendido) es la de inventarme historias sobre mí. Una noche me pasa esto y a la siguiente aquello. Ya no sé si eso es ser soñador o enamoradizo. O una mezcla entre ambas.
Porque enamoradizo no significa enamorarte de una persona muy fácilmente, y es un error que cometemos frecuentemente. Ya que puedes estar perfectamente enamorado de ti, de las cosas de tu alrededor, de lo que estudias o trabajas. En definitiva, puedes estar enamorado de la vida, de culturas distintas a la tuya, de las personas, de ciudades y continentes. De los libros, del cine, del arte… Y en cuanto a enamorarte de una persona fácilmente, todos sabemos que cada persona es un mundo o incluso una galaxia. Que con cada persona sentirás sentimientos distintos. Que con una persona puedes sentir en menos tiempo más que lo que has sentido en años.
¿Quién dijo que esto era lógico?
Me darían las uvas si empezara a enumerar todas aquellas cosas de las que uno podría estar enamorado o soñando. Porque el problema es que siempre tendemos a visualizar un pequeño campo de visión en el que siempre vemos lo mismo, no vaya a ser que algo nos sorprenda, nos guste y vayamos a mejor.
Y siempre digo que soñar es muy importante. Ya no sé si decir soñar o estar enamorado de la vida. Aun así, ambas son muy importantes. Sin embargo, hay que soñar y realizar. Soñar y realizar. Una y otra vez. Y siempre, siempre recordar. Porque muchas veces nos hemos puesto a pensar y hemos dicho: “Ojalá olvidara lo que pasó ese día”. Y yo también lo he dicho, pero ahora me pregunto ¿por qué?. El tiempo el dolor palia. Y si hace daño es porque algún día tuviste un sentimiento donde había felicidad. Los recuerdos, a parte de hacernos aprender, nos mantienen enamorados de la vida, nos mantienen soñando.
Los recuerdos son la prueba de un sentimiento pasado
y la esperanza de un sentimiento futuro.
Soñar nos hace semilibres,
y cumplirlos nos hace completamente
y absurdamente
felices.
¿Enamoradizo o soñador?
Yo me declaro culpable de ambas.
-S.D.
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EL BAÚL DE LAS VIDAS 
Yo también me declaro culpable. De hecho antes creía ser un bicho raro por tener otro mundo metido en la cabeza. Como tú, también sueño sobre lo que podría pasarme a parte de inventarme otras historias. Pero gracias a nuestro mundo interior conseguimos ver más allá y profundizamos más. En fin, que creo que podemos estar orgullosos de ser soñadores y enamoradizos.
Un besazo!
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Exacto, siempre nos ayuda a profundizar y deshilar algo tanto hasta entender aquello que se nos escapa a primera vista. Sin embargo, también podemos hacer de algo pequeño algo grande (en algunas ocasiones es malo y en otras bueno jaja) Pero sí, debemos sentirnos orgullosos por ser así porque es un poco triste la gente que se conforma y no va más allá por X motivo.
¡Un placer tenerte por aquí!
¡Un beso!
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Reblogueó esto en El Diario de Dika.
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¡Que buen post!, no sé si crees un poco en el tema de las energías o ese principio que dice «atraes lo que piensas», pero me pasa muchísimo que me creo historias antes de dormir, con personas de la vida real, o de repente comienzo a divagar, y a los pocos días me sucede algo similar con dichas personas; yo sí creo en la energía, y creo en la vida después de la muerte, pienso que aquellos que ya partieron en un principio nos dejaron un dolor muy grande el cual debimos aprender a canalizar, pero hoy en día son ellos los que mueven las piedras en el camino para guiarnos hacia dónde debemos ir, se trata de escuchar las pequeñas señales que nos da la vida diciéndonos que no estamos solos, y al final esa idea hace del dolor algo más llevable, con el tiempo nos quedamos solo con buenos recuerdos y reímos cada vez que ellos vienen a nuestra cabeza
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¡Muchísimas gracias por comentar! Yo no creo mucho en los fantasmas, pero sí creo en que los pensamientos positivos atraen cosas positivas 🙂 ¡Un saludo!
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Buen post.
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¡Muchas gracias!
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Los soñadores enamoradizos son los que creen, los que transmiten, los que sienten y los que no se dan por vencidos. Me he enamorado de este post. Completamente.
Un placer haberte leído, ¡un beso!
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¡Muchísimas gracias! Sobre todo somos los que no nos damos por vencidos! ¡Un saludo! 🙂
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Otra más que se declara ambas y muy orgullosa! 😉
Gracias por escribir tan bonito, un beso.
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¡Gracias a ti por leer y comentar! ¡Un beso! 🙂
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Yo te recomiendo nunca dejar de soñar, de sentir, de amar. Es de lo más bonito y gratificante que tenemos.
Un beso enorme Dani, enhorabuena una vez más por el bonito y sincero texto que has compartido 🙂
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Nunca hay que dejar de sentir. Sea lo que sea. Muchas gracias y me alegro de que te haya gustado. ¡Un beso enorme y apura el domingo! 🙂
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«Absurdamente felices» como me gusta esta combinación de palabras. Bonito post. Un saludo!
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¡Muchísimas gracias! 😀 ¡Un saludo!
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