AQUEL QUE SIENTE

Hoy he vuelto a sentir. Tendemos a pensar que los sentimientos vienen a ti como la edad. Una vez que la pasas, no puedes volver atrás por mucho que lo deseemos y lo intentemos. Nos equivocamos. Los sentimientos son energía que viene y va, que se cruza y se encuentra y hace piruetas de las más sorprendentes en su trayecto. Debemos saber que lo que una vez sentimos, se puede volver a sentir. Al fin y al cabo es energía que recorre nuestra mente, cuerpo y corazón que bombea toda nuestra sangre para que llegue a sus respectivos destinos porque “lo que importa no es el viaje sino el destino”. Y para hacer una llegada digna y fluida, el corazón bombea esa energía. Somos un motor en funcionamiento.

02ba376b7e6a6896f1fd696fc970f7a1Nos activa o debilita en ciertos casos, y es que estamos compuestos de pura energía porque tendemos a ir como una montaña rusa que va hacia arriba despacio y cae con mucha fuerza. Pero no os olvidéis que la montaña ru3665ad130dc688de626225430a339535sa siempre vuelve a subir para coger impulso y que por muy fuerte que sea la embestida, siempre hay subidas. Así son los sentimientos; idas y venidas, subidas y bajadas, encuentros entre ellos y despedidas cerradas con llave y candado.

Podemos volver a sentir como aquel que siente nervios el día antes de su primer día de clase, y durante. Aquel que recuerda en su último año, su primer día de su primer año en el que sólo hacía que morderse las uñas y tener guardadas en su fondo más oculto ingentes esperanzas luchando por mostrarse al mundo. Lo único que se diferencia entre el primer y último año es eso que llamamos experiencia. Aquel que siente lo mismo en diferentes periodos de tiempo ya no se pierde por los pasillos, ni se muerde las uñas, ni tiene la sonrisa nerviosa, pero en el fondo, fondo, sus nervios y esperanzas siguen ahí, guardadas en el fondo de su ser que le han acompañado en esos años de travesía aunque a veces estuvieran más escondidas de la cuenta. Energía apunto de explotar y deslumbrar aquello que más le apasiona. Experiencias diferentes, mismos sentimientos. Aquel que siente lo mismo puede tomarlo como una buena señal y aquel que siente lo mismo puede sentir nostalgia añadida a ese cúmulo de emociones, pues mucho tiempo ha pasado ya desde su primera experiencia. Todo es cíclico y lo mismo ocurre con la energía amorosa y en cada una de ellas. ¿Quién no ha creído que cuando una relación termina no va a sentir lo mismo por otra? Exacto. Todos o casi todos lo hemos pensado cuando el mundo se nos viene encima y no sabemos qué hacer ni cómo actuar.

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Cuando lo sobrellevamos como podemos porque nos creemos invencibles, pero que invencible no hay nadie en cuestiones (des)amorosas y al final se nos desmorona el mundo en un intento de encajar piedras en una montaña donde ya no tienen cabida. Porque no es más fuerte aquel al que nada le afecta sino aquel que puede sobreponerse a los bruscos cambios de la vida. Callamos y callamos y al final explotamos. Exacto, es la energía. Pero el tiempo pasa y tú creces espiritualmente en un mundo donde los valores no se consideran tan importantes, y ves las cosas de forma diferente. Y al final, vuelves a sentir. ¿Qué cambia? La experiencia. No va a ser la misma relación que la anterior, ni tú la vas a llevar de la misma forma, ni vas a querer porque has crecido y aunque sientas aquello que sentiste una vezsí, estamos hablando de enamorarse– tu experiencia es diferente y el tiempo ha pasado desde tu experiencia anterior. Ese es el momento en el que encaminas tu vida a otro nivel y a otra dirección de la que llevabas porque tu perspectiva ha cambiado y con ello, tus actos. Y a pesar de que la experiencia sea diferente, los sentimientos son los mismos y padeces los mismos síntomas: risa disimulada mientras miras la conversación del móvil, te vuelves un pelín más optimista y también más cariñoso y cursi. Y es que lo que has hecho ha sido sentir lo mismo que dabas por perdido en un día gris donde el sol no aparecía por ningún lado porque las nubes luchaban por ocultar sus potentes rayos y ahora, te adentras en una diferente aventura. En una experiencia distinta. ¿Qué significa? Muy fácil; que estás vivo y que la energía brota por toda tu mente, cuerpo y corazón que la difunde como un secreto mal guardado por todo tu ser a través de su rítmico bombeo. Y es que hoy he vuelto a sentir. He vuelto a sentir esperanza.

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-S.D.

Fotografías 1, 2, y 4: PINTEREST

 Fotografía 3: Daniel Sánchez

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