¿No os encanta el otoño? Salir a la calle y oler a tierra mojada, sentir el frío en los brazos y que se te erice la piel. Ver hojas en el suelo y pisarlas para que crujan. ¿No os sentís más puros al respirar? ¿Por qué será? Es como si cada parte de tu cuerpo se liberara. Es como si respiraras por primera vez.
Hoy he tenido un déjà-vu. Era pequeño y estaba con mi chubasquero amarillo y azul del grandioso Mickey Mouse que tan olvidado tenemos y mis botas de agua. Saltaba sobre los charcos de agua en un parque y pisaba cada una de las hojas marrones y crujientes que habían caído de algún árbol y habían sido arrastradas por el aire delicadamente hasta haber sido depositadas en el suelo donde yo las podía pisar. El otoño es esa casa con chimenea en una tarde de inverno. Es una cena de navidad con la familia. Es una reunión en una cafetería con tus mejores amigos tomando una taza de chocolate caliente para entrar en calor. El otoño es acogedor. El otoño te arropa y purifica. El otoño es esa tarde lluviosa que pasas con la persona que más quieres en un sofá viendo una película. Es la manta que os arropa en ese sofá en el que apenas cabéis, pero ahí estáis. Abrazados y compartiendo risillas. Es ese peluche que tenías de pequeño y aún existe en la leja de tu habitación. Es la tarde que pasas escribiendo mientras ves las gotas de lluvia en la ventana. Es la imaginación. Es la inspiración para escribir. Es el atardecer de vuelta a casa después de un largo día. Es la soledad en tu hogar mientras te das un baño con velas. Es la infancia, juventud y madurez. Son los planes de futuro, proyectos, sueños…
Sueños pequeños o grandes. Simples o enormes. En definitiva el otoño son colores cálidos, son escalofríos, son mantas y películas… Es relajación. ¿Quieres ser mi otoño?
EL BAÚL DE LAS VIDAS 