Mientras se me rompía la galleta que estaba mojando en la leche esta mañana, me he puesto a pensar. He pensado en susurros, en besos y en el amor. ¿Puede ser que compare una galleta con el amor? Puede.
Y es que la leche estaba ardiendo y la galleta se ha deshecho. Los amores reñidos son los mas queridos. NO. Para que la galleta no se rompa hay que llevar cuidado y la leche tiene que estar templada. Amores reñidos, amores quemados. Es como darle un trago al vaso de leche después de estar tres minutos en el microondas. ¡LA LECHE! QUEMA. Entonces mojas la galleta para no quemarte la lengua y de repente PLOF, la galleta se ha roto por la mitad o en diferentes trozos, y miras el vaso y sólo quedan grumitos… Entonces decides probar con otra galleta de esas redondas y con el borde en forma de nube y antes de comerte la galleta, la soplas. Es como si susurraras a la galleta en ese momento en el que aún no has abierto los ojos del todo. Entonces vino mi primer susurro.

La emoción de emitirlo y la sensación de recibirlo. Un susurro es como un buen beso aunque el susurro también debe ser bueno. Aquí vamos a por lo mejor. Y ahora no hablo de amor, pues ni el primer beso ni el primer susurro fue con alguien amado. Y es que la diferencia entre susurro y beso están en que el primer beso puede no ser importante. Sí, lo he dicho. Porque lo que de verdad te importa es el buen beso que algún día te dieron sin importar si era el primero o el tercero. Sin embargo, el susurro es algo más intenso y de ahí que el primero sea mágico. Cómo las palabras fluyen en esa pequeña corriente caliente de aire que tanto sientes por lo cerca que están los labios ajenos de tu oído. Un calambre te recorre la espalda haciendo que te pongas rígido, haciendo que te ponga la piel de gallina, soltando una risa tonta y hasta poniéndote cada pelo de tu cabeza tieso. Es como un beso en el cuello que no te esperas. Abres los ojos como platos, se te eriza la piel, te entra la risa y sacudes tu cuerpo para que el calambre que ha recorrido toda tu espalda a la velocidad de la luz, no quede atrapado ahí. Hay diferencias entre beso y susurro. Un beso esconde mucho más que un susurro, pero el susurro es menos común, es más insinuante. Y es que tú no besas a la galleta, sino que le susurras o en nuestro caso, le soplamos. ¿Y tú qué, besas o susurras?
-S.D.