SUPONGO

Hoy en día vivimos muy condicionados. Nos preocupamos demasiado por el qué me pongo, el qué dirán y lo englobamos con un “me la suda” que todos sabemos que no nos la suda tanto. Parece que tenemos un catálogo de máscaras y que las usamos dependiendo de la situación en la que nos encontremos. Y es que, ¿no asociamos llorar como algo negativo y reír como algo positivo?
¿Es que nadie ha llorado de alegría? ¿Es que nadie ríe sin ganas? Evitamos las malas acciones como si no fueran parte de nosotros, pero, ¿es que no habéis hecho daño a alguien? ¿Es que no os han hecho daño? ¿Es que no habéis mentido? ¿Es que no habéis llorado por alguien que no lo merece? ¿Es que no os habéis auto engañado? ¿Es que no habéis dicho “todo va bien” cuando en verdad no lo iba?

También nos guardamos muchas cosas por el qué puedan pensar de nosotros; gustos, pensamientos, acciones…¿Es que nadie ha mentido a su amigo/a y le ha dicho que iba súper bien cuando lo que se te ha pasado por la cabeza ha sido de dónde coño había sacado la escopeta de Homer Simpson para ir tan mal?

¿Por qué no empezamos a decir lo que pensamos? ¿Por qué no empezamos a hacer las cosas que queremos porque las queremos AHORA y sólo las atrasamos? ¿Miedo? ¿Por qué nos cuesta tanto decir “te quiero”? ¿Habéis pensado que algún día puede ser la última vez que veis a una persona y no lo sepáis? Se nos quedan las palabras atravesadas en la garganta y cuesta arrancarlas y sacarlas fuera, pero si nos paramos a pensar, la pregunta viene sola; ¿por qué no hacemos lo que queremos, decimos lo que pensamos y mostramos lo que sentimos? ¿Por qué no hacemos las cosas que nos gustan cuando nos gustan y no al tiempo? Sin rodeos. Acción y reacción. Nos gusta, luego se hace. ¿Por qué nos complicamos? La vida se puede vivir de una forma sencilla, pero supongo que vivimos la vida como nos han enseñado y no como debemos. Sólo supongo…

-S.D.