CO-RAZÓN

Y lo único que puedo decir es que todo llega, todo pasa y todo termina. Pronto, tarde. Siempre llega. Últimamente me muevo en el «si ha pasado esto es por algo y si no ha pasado es porque no tenía que pasar». Y de verdad que creo firmemente en eso. ¿Cuántas veces hemos dicho «si hubiera hecho esto otro seguro que eso otro hubiera pasado»? Vamos a dejar de pensar en eso «otro» y a seguir nuestras vidas por muchos «otros» que pasen o que quisieras que pasasen. Hay trenes que se escapan, amores que se pierden y besos que se quedan en el aire. Muchas veces es el miedo el que nos retrae de dar ese paso hacia el frente que tanto necesitamos para hacer lo que sentimos. Pero la razón… Ay, la razón. ¿Será una virtud o un defecto? ¿Debemos hacer lo que sentimos o lo que razonamos?

¿Cuántas veces te ha apetecido hacer algo y cuando lo has pensado has desechado la idea? Cierto es que si no pasó en su momento (como he dicho antes) es porque no tenía que pasar… Pero a lo mejor no nos lamentaríamos tanto si nos guiáramos más por nuestros instintos y sentimientos, y no tanto por nuestra cabeza. Si desmenuzamos la palabra «corazón» vemos que la palabra «razón» está presente. ¿No será que, al fin y al cabo, los sentimientos y la razón no son tan incompatibles como pensamos? Quizá exista una armonía oculta que solo ambos conocen. Entre el corazón y la razón. En secreto.

98b6130f3b945b7024e5d92a47144fe0.jpg
Pinterest.

Y quizá ese impulso retraído es porque ambos intentan ponerse de acuerdo en el interior de cada uno para tener una satisfacción moderada. Arriesgar todo. Poner las cartas sobre la mesa. Marcarte faroles. Jugar al todo o nada, pero sin arriesgar lo más importante: el corazón. Lo que te hace ser como eres. Sin abandonar las ganas por la vida. Sin abandonar aquello que nos hace movernos: el amor. El amor paternal, maternal, fraternal. El amor propio. Y el amor pasional.

Una combinación que nos hace estar plenos. Y es que el secreto entre el corazón y la razón seguirá siendo un misterio, pues en la mayoría de casos tu corazón grita a los cuatro vientos: «¡Sí! Arriésgate. Ama. No pasa nada. Si te rompen el corazón se recompondrá. Solo requiere tiempo, helado y muchas películas ñoñas. O un buen viaje. Uno largo o una escapada. Una renovación. Un cambio de look y una copa de vez en cuando. O dos».

Un baile bajo la luna o una terraza con muchos amigos que te ayuden a recomponer los pedazos. Un abrazo fuerte que los vuelva a juntar o una caricia en la distancia a través de un mensaje. Una canción lenta y una más cañera. Nos situamos en los extremos para poder sentir que aún seguimos vivos. Que aún sentimos. Que no todo se pierde en una jugada. Ni en muchas. Que nos caracteriza el querer. El sentir. Que vamos superando el miedo a sentir. Y ahí, es cuando la razón se hace cargo de recomponer, poco a poco, esos trozos que tanto han roto.

90f6de4494d612d87f8e7308501f1a76
Pinterest.

Y es que el miedo es inevitable. Es algo constante, pues es un sentimiento más en nuestro interior. Sin embargo, no podemos dejar de hacer aquello que creemos por miedo. Pues entonces no avanzaríamos. Nos quedaríamos estancados. Nos cortaría el paso y ahí nos quedaríamos. La vida es algo en lo que hay que avanzar. Hay que crear momentos. De la vida aprendemos. En ella nos equivocamos. En ella nacemos y en ella fallecemos. En ella reímos y lloramos. En ella sufrimos. En ella nos enamoramos y en ella fabricamos recuerdos que enmarcamos en lo más profundo de nuestro ser. En ella corremos y gritamos. En ella dejamos huellas y en ella nos dejan huella. En ella vivimos momentos únicos. Qué cosas, la vida.

Pero aunque vivamos infortunios, podemos levantarnos tantas veces como haga falta. Y también podemos tropezar tantas veces como piedras haya en el camino. Y sentir y dejar de sentir. Y llegar, pasar e irnos. Y llegar, pasar y quedarnos. Y robamos besos. Y los guardamos en cajas. Y se nos pone la vida patas arriba. Y vamos alcanzando metas. Finalizamos etapas y empezamos nuevas. Y dejamos gente atrás y viene nueva en el camino. Y nos dejan atrás y partimos.

0c273dbb861179ac7f0a1f6eae83722e.jpg
Pinterest.

Y llegar y pasar y… enamorarnos.

Sentirlo hasta en los huesos

y hasta en el alma. 

Y seguir viviendo.

-S.D.


Sígueme en:

https://www.facebook.com/elbauldelasvidas2

https://www.instagram.com/elbauldelasvidas

11 Comentarios

  1. Todo llega, todo pasa y todo termina. Ciertamente es asi. Pero, que pasa cuando intentas pegar los pedazos de ti y no puedes? cuando te sientes tan quebrado que intentas todo y sientes que ya no queda nada? El corazon le gana a la razon, y no se ve manera de seguir adelante.

    Le gusta a 1 persona

    1. Eso es una visión muy pesimista. Leí un día una frase que decía: «Todo pasa, incluso los problemas». Pienso que al final todo puede recomponerse ya sea de una forma o de otra. Es cuestión de tiempo y de actitud. ¡Gracias por comentar! 🙂

      Me gusta

  2. Me quedo con la frase de » La vida es algo en lo que hay que avanzar». El cambio es inevitable, aunque «renovarse o morir» suene muy fatalista o tajante es totalmente cierta. Las cosas cambian, y o cambias con ellas o te quedas atrás…

    ¡Un besote enorme! ¡Disfruta de tu primer verano como licenciado! 😉

    Le gusta a 1 persona

    1. Exacto! Todo es constate cambio y eso no significa que sea malo sino que la vida cambia y tú con ella. Hay planes, aventuras, cosas que no salen como esperas y cosas que no te esperas y te sorprenden. Ohh, muchas gracias!! ¡Lo haré! ¡Feliz verano, Patri! ¡Besoteeees!

      Me gusta

  3. El titulo mejor imposible, me ha encantado! Una gran verdad! Yo también creo que todo pasa y, por supuesto, que hay que arriesgar para estar vivo. Tenemos que vivir «viviendo», no viendo la vida pasar.
    Ole tu!

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.