Dicen que cuando echas de menos a alguien, en verdad, te estás echando de menos a ti mismo cuando estabas con esa persona, cuando estabas feliz.
A veces me he perdido. No va a ser la última, y eso lo tengo muy claro. Una vez más, me perdí. Me perdí entre calles y recuerdos. Entre paradas y bancos. Entre parques y edificios.
Una vez más, me perdí.
Me perdí entre la confusión de pensamientos, en una mezcla de recuerdos que atravesaban mi mente. Ya no sabía dónde me hallaba ni qué hacía. Había confundido momentos de mi vida, etapas que se juntaban, y terminé perdido.
Una vez más, me perdí.
Pero claro, todo lo que sube baja, y cuando nos perdemos, solemos encontrarnos tarde o temprano. Y yo me perdí una vez más, y entre ese miedo que siento siempre al perderme de no volver a encontrarme nunca, me encontré, como siempre. El otro día seguía perdido hasta que la lluvia me sorprendió por la noche. La lluvia no avisó de que venía y me pilló por sorpresa. Ese día había decidido salir de casa sin paraguas diciendo: “No creo que llueva, no me llevo paraguas”. Y entonces, llovió. Y, ¿sabéis cómo supe que volvía a ser yo? ¿Sabéis cómo supe que me había vuelto a encontrar?
Lo supe cuando vi que el hecho de que lloviera cuando había dejado el paraguas en casa me alegró. Cuando volví a sonreír. Cuando disfruté de algo tan normal como la lluvia. Cuando disfruté de algo que, normalmente, nos irrita. Mojarnos. Cuando disfruté de cada una de las gotas de agua que me alcanzaban.
Que la lluvia me sorprendió mientras andaba por la calle en una noche de diciembre. Y no había refugio mas que los edificios para protegerme un poco del agua. Y empecé a caminar bajo el techo que los edificios me proporcionaban. Pero había tramos en los que se terminaba, en los de las carreteras. Entonces, cruzaba corriendo mientras las gotas golpeaban los cristales de mis gafas, mientras mi pelo se humedecía y mi bufanda se mojaba al vuelo. Y en ese momento, sonreí. Y ese momento, lo he grabado en mi memoria. Si cierro los ojos, aún puedo sentir la sonrisa elevando mis comisuras.
Me sentí bien. La presión de mi pecho desapareció y sentí que podía respirar profundamente de nuevo, como cuando tu madre te ponía Vicks VapoRub en el pecho de pequeño cuando estabas congestionado. De pronto, el olor a menta fuerte entraba por tus fosas nasales y sentías cómo tu pecho, mágicamente, se limpiaba y purificaba. Y así me sentí yo mientras la lluvia caía sobre mí con su olor tan único y auténtico, haciendo desaparecer una congestión de sentimientos. No sabía si había sido el día en general o el hecho de sentirme vivo mientras corría sobre el asfalto mojado, o por todo un poco, pero me dio igual. Por fin me había vuelto a encontrar, había vuelto a sonreír tranquilo. Esa sonrisa que aparece en tus labios cuando estás a gusto y en paz. Esa sonrisa de descanso y reconfortante. Esa sonrisa cuando todos tus músculos deciden no estar más en tensión liberando la mente, y la sonrisa.
Decidí salir un pequeño tramo fuera del cobijo que los edificios me daban, y decidí mojarme aun más. Y no sabéis qué bonita fue esa noche mientras las gotas se veían caer, una tras otra a una velocidad sorprendente, iluminadas por las farolas que se encontraban paralelas a los dos lados de las aceras. Y es que no me importaría perderme si en el encuentro, me alcanzara la lluvia. Porque así, me perdería y encontraría mil veces más.
Supe que me había encontrado cuando volví a sonreír. A sonreír de verdad.
-S.D.
La magia de crecer consiste en perderse querido amigo, perderse con alguien, sólo y a veces con las peores compañías. Crecemos en un mundo solitario para acabar viviendo juntos 🙂 Gran reflexión!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pero siempre nos encontramos, y todo es gracias a nosotros mismos y cuando menos te lo esperas. Porque «no todo es para siempre ni siquiera los problemas». 🙂 ¡Gracias!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Si todo eso es perderse, a mi me encanta vivir perdida…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Desgraciadamente, no sólo es eso, pero es necesario en la vida. 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Simplemente fantástico.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Muchas gracias! 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me encanta! Es precioso sentirse vivo y sobre todo cuando estas confundido o triste. Presioso de verdad 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Muchísimas gracias! Me alegro un montón de que te haya gustado ☺️
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es totalmente cierto aquello que dicen de que para encontrarse, primero hay que perderse. La recompensa luego es infinita.
¡Saludos!
Me gustaLe gusta a 1 persona